El lenguaje nos permite comunicarnos a través de señas y de palabras, además la adquisición del lenguaje es lo que en gran parte permite a los humanos la adquisición, por aprendizaje significativo receptivo, de una vasta cantidad de conceptos y principios que, por sí solos, no podrían nunca descubrir a lo largo de la vida.
Según Vygotsky (1987, 1988), “dice que a diferencia de los animales de los sujetos, es que los seres humanos crean instrumentos y sistemas de signos cuyo uso les permite transformar y conocer el mundo, comunicar sus experiencias y desarrollar nuevas funciones psicológicas” (Tomado de Marco Antonio Moreira, 1996, Lenguaje y aprendizaje significativo, pág. 3).
Es decir que los individuos tenemos la capacidad realizar procesamientos mentales donde intervienen los sentidos y los estilos de aprendizaje.
Además el proceso de desarrollo cognitivo, el cual, el ser humano va reconstituyendo internamente, se va aproximando, a lo que ya fue desarrollado por la especie y eventualmente pasa a contribuir en la creación de nuevos instrumentos y signos. Este es importante puesto que a partir de la interiorización/apropiación está mediado por interacciones e intercomunicaciones sociales, en las que el lenguaje es fundamental.
También en el lenguaje participa el aprendizaje significativo el cual nos plantea Ausubel, cuando el individuo adquiere nuevos conocimientos (conceptos, ideas, proposiciones, modelos, fórmulas) pasan a significar algo para el aprendiz y esto le permite a él o ella ser capaz de explicar situaciones con sus propias palabras, y así mismo es capaz de resolver problemas nuevos.
