domingo, 3 de marzo de 2013






EL SER HUMANO UNA MAQUINA DE MIEDO
 


El ser humano es una “máquina perfecta que era puesta en marcha por Dios y luego seguía su curso natural” (Descartes). El cuerpo humano, es en realidad un conjunto de sistemas complejos que se conectan entre sí y se complementan. Sin embargo, durante mucho tiempo se tuvo una gran incógnita respecto de “la conducta”. Si bien se ha estudiado el funcionamiento básico de nuestro organismo, así mismo se han realizado estudios sobre  el controlador y organizador de nuestra conducta, conocido como “el cerebro”, el cual, es un universo de investigación científica, dentro de él yacen muchas incógnitas que en la actualidad aun son motivo de interés y curiosidad para el ser humano,  y es así como algunos científicos  coincidente en afirmar que “el cerebro posee más neuronas que el universo estrellas”.

Podemos señalar  que el conocimiento sobre el cerebro, como un órgano, se ha ido extendiendo y modificando al pasar el tiempo, ya que ha establecido que por medio de él se pueden entender, hoy en día,  los patrones de conducta, a nivel fisiológico y comportamental. Por esto se entiende como, el asiento de las emociones. Durante mucho tiempo se han estudiado las reacciones emocionales, observando a nivel fisiológico y psicológico, cuales son las estructuras específicas  que intervienen en este proceso.

El cerebro,  como centro integrador de funciones ha sido foco de estudio para dar respuesta a la gran mayoría de interrogantes que se desprenden del proceso de las emociones  un ejemplo claro es la teoría de Mac Lean denominada “cerebro triuno”, quien partiendo del desarrollo evolutivo del cerebro humano, considera la existencia de tres cerebros o divisiones del mismo, en donde el primer sistema, que se origino en un cerebro reptil comprende el tallo cerebral y se observan la emociones primitivas que regulan los elementos básicos de supervivencia.

El segundo, comprende el sistema límbico que permite la interacción entre los procesos de sobrevivencia del cerebro reptil con el mundo externo, siendo este el asiento de las emociones, de la inteligencia afectiva y motivacional, y  el tercero la neocortex, considerado como la parte más evolucionada, la cual  diferencia  al ser humano del animal.

Ahora bien, es importante centrarnos en el cerebro como el asiento de las  emociones. Entonces ¿Qué son las emociones? Según William James,  psicólogo americano que consideró, en 1884,  que las emociones no ocurrían primero a nivel cognitivo, para ir seguidas luego por su respuesta vegetativa, como la intuición nos sugiere, sino que el proceso ocurría en realidad exactamente al contrario, es decir, la experiencia cognitiva de la emoción sería secundaria a su expresión fisiológica[1]. Después de más de 100 años, hoy aun, verificamos esta teoría y se han formulado diferentes avances sobre las emociones,  los cuales demuestras que el cerebro y los patrones de respuesta nos llena de intrigas y son el inicio de muchas investigaciones, por lo cual en este esbozo realizaremos una revisión detallada de las emociones, las estructuras cerebrales implicadas en las mismas, desde el enfoque de las respuestas del cerebro ante situaciones aterradoras o pánico.

Las emociones poseen diferentes componentes que determinan la respuesta conductual, autónomo y hormonal. Esto quiere decir que las emociones son la respuesta de la combinación de movimientos musculares (conductual), movilización rápida de energía (autónomo) y hormonas segregadas (hormonales), lo cual se encuentra controlado por la amígdala, que está ubicada dentro de los lóbulos temporales, su tamaño es comparado con el de una semilla de almendra y es el centro de las reacciones emocionales se generan emociones primitivas como el miedo.

La amígdala es una de las regiones del cerebro con mayor interconexiones que es la encargada de enviar señales al tallo cerebral que generan respuestas en el cuerpo como correr o quedarse paralizado, y está compuesta por un conjunto de núcleos (agrupaciones de neuronas con unas características y funciones determinadas) que participan en la recepción de información sensorial, así como en la emisión de respuestas a otras áreas cerebrales.

Los principales núcleos implicados en la recepción de información sensorial son los núcleos lateral (LA) y baso lateral (BL) de la amígdala[2] y es así como muchos notamos que al estar en frente de una situación riesgosa lo primero que sentimos es el miedo, luego nuestro pensamiento reacciona y analiza la situación para poder controlarla. ¿Y acaso no sería más lógico si nuestro cerebro analizara la situación para poder controlarla y luego sintiera el pánico para proteger la integridad personal?, lo cual tiene la siguiente explicación fisiológica:“Al encontrarnos en una situación de riesgo nuestros sentidos recogen nuestra información y por medio de los nervios son llevadas a nuestro sistema nervioso central llegando al encéfalo”.

Está comprobado que la información de los sentidos llega primero a la amígdala, antes que al lóbulo frontal aproximadamente 9M por seg. es la velocidad de trasmisión del impulso eléctrico en una neurona) de manera que nuestra primera reacción siempre es emocional, para luego convertirse en racional. Por eso “en muchas ocasiones respondemos a estímulos amenazadores, de manera violenta cuando la amígdala presiona el botón de pánico y libera la proteína Fos” (pascoe y kapp, 1985; camoeau etal., 1991), ahora bien, dentro de la respuesta a los estímulos producidos por el medio ambiente también influyen hormonas excitatorias como la adrenalina, cortizol.


Como explicábamos anteriormente, la reacción emocional es primero que la reacción racional, por esto la corteza cerebral, es la capa exterior arrugada y dividida en 4 lóbulos: frontales, parietales, occipitales y temporales. En el aspecto de las emociones el lóbulo frontal participa en el proceso del miedo, se encarga de procesar procesos racionales conscientes, resuelven los problemas, sincroniza las actividades y controla la conducta. La amígdala envía las señales de manera muy rápida y el lóbulo frontal regula esta velocidad para tomar la mejor decisión.

Podemos concluir que es importante resaltar la importancia de la amígdala y el lóbulo frontal en la emoción del miedo, las investigaciones sobre esta temática nos conducen a aumentar el conocimiento y potencializar el área de la psicología para explicar las conductas y comportamiento del ser humano, lo cual debe ser el punto de partida para profundizar en las investigaciones en el área de la neurociencia, ya que de este modo podemos ofrecerles a la comunidad una mejora en diferentes aspectos como lo pretender la armada Estadounidense “para suprimir el miedo de los soldados y luchar por el bien común”.


[1] Carlos Belmonte. Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fís.Nat. (Esp), 2007; 101
[2] Neuroanatomía del Miedo. Daniel Pineda tenor.

1 comentario:

  1. Este es un ensayo que describe como funcionan las emociones y como las estructuras cerebrales las controlan

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